¿Cuántas veces estamos a punto de naufragar, en pensamientos, en palabras, en actitudes, en la vida misma?
¿Qué tenemos o reconocemos tener en común con estos pequeños cuerpos de corcho?
¿Será la necesidad de mantenernos a flote, como única posibilidad de seguir el curso de nuestras vidas? ¿A veces con pleno control de ella, y otras tantas necesitados de un empujoncito o de una mano cuidadosa que nos ponga a resguardo? Nos rescate.
Cecilia Garzón Maceda