Grabado-objeto 2005
Cuando los artistas creamos, hay parte de esa obra que resulta del trabajo previo, las tensiones en la composición, las técnicas que después de conocer y profundizar elegimos para que potencien lo que pretendemos decir o comunicar. Hay otra parte que es lo observado, vivido dentro de un contexto: lo cotidiano, nuestras referencias artísticas, autores, en fin, no todo en la obra es un resultado azaroso. Pero hay otra parte que fluye del inconsciente y a medida que vamos construyendo la obra, todas estas partes confluyen, dialogan entre si y finalmente nos sorprenden.
En cada artista subyace una impronta que hace que esa obra sea única e irrepetible.
El retrato ha sido un tema recurrente y disparador dentro de la historia del arte: clásicos, abstractos, autorretratos y tantos otros modos y estilos de representación.
Estos retratos que hoy presento aparecen de tan variadas formas: del corazón, del inconsciente, con variedad de técnicas y materiales.
En los “Retratos del corazón” conviven variedad de técnicas y elementos: un fondo grabado con xilografía, una matriz en primer plano con collage, una línea dibujada con una gubia, intervenciones con color y la participación no casual de algunos objetos.
En los “Retratos de quiniela” son la consecuencia de lo anterior, una línea blanca de papel que los dibuja, collage de revistas, impresiones xilográficas en rojo, fibras, y algunos objetos en la cabeza y números que lo encuadran dentro de los cotidianos y conocidos números de quiniela,… de un juego.
Lo que intento, a través de una parafernalia de elementos, técnicas y materiales puestos al servicio de lo que quiero expresar, acercarles “personas y personajes” de un modo plástico, conceptual y lúdico o como decía Nietzsche: “una idea expresada con emoción”
Cecilia Luque